Paso Robles, con su Carnegie Library de ladrillo rojo en una plaza llena de pasto, se encuentra junto a la Carretera 101 en el extremo más al sur del Valle de Salinas. Esta ciudad del condado de San Luis Obispo se convirtió en una popular atracción turística en el siglo XIX, gracias a sus aguas termales minerales que aún puede disfrutar en el Paso Robles Inn. Sin embargo, Paso Robles realmente encontró su elixir mágico cuando se multiplicaron los viñedos locales.
Aquí, en el corazón de la región del vino de California central, más de 250 viñas se distribuyen en siete diferentes regiones de cultivo, cada uno con su propio microclima y terroir. Más de 14 viñas tienen salas de degustación en el ordenado centro de Paso Robles, pero los catadores con preferencias por la exploración pueden recorrer los muchos viñedos de la Carretera 46 mientras se desplazan al oeste, a la costa Cambria.
Espere encontrar mucho más que Pinot Noir. Camine alrededor de los hermosos jardines y esculturas masivas de Sculpterra Winery o asista a un concierto en el anfiteatro al aire libre de Vina Robles. En Tin City, visite las más de 20 nuevas viñas boutique, entre las que se encuentran Aaron Wines, ONX y Field Recordings, juntas en un distrito de almacenes estilo industrial chic. Saboree el sabor del Viejo Oeste en Tobin James Cellars, donde una posada de diligencias sirve ahora como casa de huéspedes, o recorra la cueva del vino en Eberle Winery. Si desea pasar la noche en las viñas también puede hacerlo: en un clásico tráiler Tinker Tin en la propiedad de Alta Colina Wine.
No se desperdicia el jugo de uvas sobrante de la producción del vino de la región. Con él se elabora alcohol base para licores destilados que puede probar en varias paradas a lo largo del Paso Robles Distillery Trail. Pruebe el mango mule de Wine Shine, la ginebra y rye whisky de Krobar, la grappa y el limoncello de Manucci Spirits, y el vodka de Re:Find Distillery. La mayor parte de las salas de degustación de las destilerías se encuentran en los terrenos del viñedo, “a la vuelta” de las salas de degustación de vino.
Los que beben cerveza no se pierden la diversión. Firestone Walker Brewery es la más antigua y grande cervecería de Paso Robles, pero por su atmósfera, es difícil superar la cervecería al aire libre de Barrelhouse Brewing Company (y si le gustan las cervezas añejadas en barrica, éste es su lugar). Los aficionados a las microcervecerías encontrarán su lugar en Toro Creek, Silva Brewing o Earth and Fire Brewing Co.
Con tantas opciones de bebida, no se olvide de comer. Saboree la cocina italiana de alta gama, risotto de trufa y osso buco en el Il Cortile del centro, o goce una auténtica comida mexicana en Oralé Taqueria o Habaneros. Un lugar predilecto siempre es Hatch, que sirve cócteles artesanales y pollo rostizado en horno de leña, mientras que Thomas Hill Organics se especializa en ingredientes locales y sustentables.
Nutra su lado artístico en Studios on the Park, un estudio abierto en el que los artistas realizan su oficio creativo. Converse con un escultor, tome clases de dibujo o compre una pintura para su sala. Sumérjase en agua hasta que sus manos se arruguen en el spa River Oaks Hot Springs, en el que 10 tinas privadas se alimentan de manantiales que burbujean a 47 grados centígrados. Hay también masajes, tratamientos faciales y vendas reductoras también. Y para los que aman el acero y el cromo, el Woodland Auto Display y el Estrella Warbirds Museum comparten la misma ubicación, y están llenos de aviones, motocicletas antiguas y jeeps militares de la Segunda Guerra Mundial, carros de carreras Indy bellamente restaurados y convertibles clásicos.
Cuando esté listo para descansar de un día ajetreado, tómese un descanso de lujo en una de las 16 salas de buen gusto en el Hotel Cheval de temática ecuestre, a unos pasos de los restaurantes y tiendas del centro (no se pierda los s’mores a la noche), o el Allegretto Vineyard Resort, donde se permiten perros, con sus laberínticos jardines y patios y fuentes de inspiración toscana.