No debería sorprender que L. A. sea el lugar de nacimiento de los chefs famosos, y también el lugar donde la cocina de primer nivel y algunos de los nombres más célebres de la industria se encuentran a cargo de los mejores restaurantes.
En Spago de Wolfgang Puck, un favorito perenne de Beverly Hills, el chef Lee Hefter y el chef de cuisine Tetsu Yahagi presentan platos clásicos y modernos en el elegante comedor blanco y negro y en el patio vidriado con luces parpadeantes. Solo debe estar listo para aceptar con amabilidad una reserva a las 5:30 o a las 10:30 o bien, si su estilo es ir directamente, ocupe un asiento en una de las mesas centrales para cócteles, (por orden de llegada), donde podrá ver toda la acción circundante. Para su información, el amigable chef Puck a menudo visita el comedor a la hora de la cena, de modo que mantenga los ojos bien abiertos.
También ubicado en Beverly Hills, Maude presenta las admirables habilidades del famoso chef Curtis Stone (Iron Chef America, Top Chef). Todos los meses, un único ingrediente sirve de inspiración para el menú degustación de nueve pasos, creado por el popular chef australiano. Pero haga su reserva apenas conozca sus planes de viaje; solo hay lugar para 25 comensales por vez.
En la Avenida Melrose en Hollywood, Providence, de Michael Cimarusti, se constituye como uno de los restaurantes de frutos del mar más refinados del país, aprovechando al máximo las técnicas modernistas del chef con el pescado sustentable y los sabores eclécticos de L. A. En Lucques de West Hollywood, la chef Suzanne Goin sirve cocina de California con un giro internacional (la harissa es esencial en sus menús). Su cocina parece lograda sin esfuerzo, con una mezcla de platos elegantes y alimentos reconfortantes que se sirven a los comensales en la antigua cochera de la estrella del cine mudo Harold Lloyd.
En Santa Mónica, el servicio formal y la fina técnica francesa reinan en Mélisse, el restaurante con dos estrellas Michelín, donde el chef/propietario Josiah Citrin (veterano del ambiente gourmet de L. A.) se concentra en lo sublime (langosta, caviar) y lo simple (lentejas), todo con resultados extraordinarios.