Este parque, una tierra con acantilados, cuellos volcánicos y afloramientos erosionados, se encuentra ubicado a cerca de 120 millas/193 kilómetros al norte de Los Ángeles y fue en el pasado el telón de fondo de las películas de Hollywood con temática western. Tallado por el viento y el agua, el terreno se despliega en capas blancas, rosadas y rojas... Únete a otros fotógrafos para capturar su belleza al atardecer y al amanecer. Aquí abundan también los paleontólogos. En los sedimentos del acantilado se esconden fósiles de animales prehistóricos: caballos de tres dedos, felinos dientes de sable y extintos lagartos.
El parque, de 27,000 acres/10,926 hectáreas de extensión, ofrece diversos senderos cortos para caminatas. Los visitantes que llegan por primera vez pueden seguir los senderos para contemplar las formaciones en los cañones Hagen y Red Rock. En la Reserva Natural Red Cliffs, un camino te lleva entre las columnas rojizas de los acantilados de 300 pies/91 metros de alto, luego sigue una vieja huella de Jeep que pasa por entre los árboles de Josué, que parecen de otro planeta, hasta llegar a vistas impresionantes de las montañas El Paso. Visita esta región después de un invierno húmedo para contemplar las flores silvestres que estallan en una erupción de color.
Las noches en el parque tienen una magia de otra clase. Sin grandes ciudades en la región (la diminuta Cantil es el pueblo más cercano), los cielos nocturnos están libres de contaminación lumínica. En el campamento Ricardo, de 50 plazas, a menudo pueden encontrarse fanáticos de la astronomía con sus telescopios, y la Sociedad Astronómica China Lake organiza fiestas frecuentes bajo las estrellas. La mayoría de las tardes de sábado, los guías del parque brindan charlas sobre temas variados, desde petroglifos a tortugas del desierto y, por supuesto, sobre estrellas.