Si el Valle de Napa fuera un reino (y algunos enófilos pueden decir que así es), esta propiedad histórica en el pueblo de Rutherford sería una sede digna de la monarquía. Originalmente adquiridos a fines del siglo XIX por Gustave Niebaum, un capitán de barco finlandés y gran conocedor de los vinos, la antigua granja y los huertos ahora son el hogar de algunas de las más tradicionales uvas de vino de la región, así como un espectacular castillo, restaurado a la perfección por los actuales propietarios, el cineasta Francis Ford Coppola y otros miembros del clan Coppola.
Cuando Coppola compró la viña y la imponente mansión Niebaum en 1975, no pasó inadvertido para los afamados residentes de Napa . En un artículo del San Francisco Chronicle, el cineasta recuerda cuando Robert Mondavi, patriarca del legendario imperio vitivinícola Mondavi, vino de visita:“¿Te das cuenta de que has comprado la propiedad vitivinícola más hermosa y más importante en el Valle de Napa?” recuerda Coppola que Mondavi preguntó. “¿Te das cuenta de lo que es esto?”.
Inglenook presume una historia que abarca la creación de esta región sagrada del vino. Al paso de las décadas, Inglenook, y el Valle de Napa, llamaron la atención internacional como un lugar perfecto para cosechar uvas de vino. Las viñas de Niebaum florecieron, y por décadas su familia produjo uvas y botellas excepcionales. Una coyuntura económica forzó a la familia a vender, y los nuevos propietarios empezaron a producir vinos baratos que quitaron lustre al célebre nombre de la viña.
Entonces llegó Coppola quien, con su esposa Eleanor y otros aliados, pasó 40 años restaurando la ilustre herencia de Inglenook. Esto incluía llevar las operaciones de producción de vino de vuelta al castillo y la viña contigua, y contratar a los mejores vitivinicultores para producir el mejor vino.
Ahora, usted puede degustar los resultados de Coppola en una oferta variada de experiencias lujosas. Por ejemplo, el Heritage Tasting le permite relajarse bajo una araña en el Salón Pennino, donde probará y conocerá los vinos de la propiedad de Inglenook, incluido el producto insignia, el Rubicon Cabernet. Entrecierre los ojos mientras cena al aire libre en el lindo Bistro y jurará que se encuentra en los jardines de Luxemburgo de París. Los eventos especiales marcan el calendario: un banquete de langosta en el verano, una fiesta de la cosecha a fines del verano, elegantes cenas de vino y una casa abierta de vacaciones.