El sendero más famoso de Anza-Borrego conduce hasta Borrego Palm Canyon, un paraíso acuático alimentado por manantiales subterráneos, a la sombra de palmeras californianas. No se trata de una gran caminata de ida y vuelta (3 millas/4.8 km en total), pero se siente como un viaje desde el desierto hasta los trópicos. Camine por un lecho arenoso que serpentea a través de un cañón rocoso salpicado de cactus y ocotillos (busque colibríes revoloteando hacia las flores carmesí de las plantas).
Un poco más adelante, se descubren sauces frondosos y el sonido de pequeñas cascadas...
Un poco más adelante, se descubren sauces frondosos y el sonido de pequeñas cascadas, hasta que, finalmente, las rocas dan paso a amplias zonas de sombras proyectadas por altísimas palmas (sus hojas sin recortar las hacen parecer un poco a Chubaca de La guerra de las galaxias). Si bien una serie de tormentas fuertes e inundaciones repentinas ocurridas en la última década destruyó muchas de las palmeras más antiguas de esta arboleda, Palm Canyon sigue siendo el más grande de los palmerales de Anza-Borrego. Más de 80 especies de aves migratorias cuentan con Palm Canyon para detenerse a tomar agua en su travesía por el desierto. A los borregos cimarrones también les gusta este lugar. Observe los picos de las montañas para avistarlos y, si tiene suerte —y se queda muy quieto— puede que se acerquen.