La reserva, repleta de vida salvaje y a apenas 29 kilómetros al norte de Mendocino, le hace sentir como si estuviera en su propio safari frente al mar. El tramo silvestre de costa intacta y accidentada, (técnicamente tres reservas protegen aquí la costa), incluye uno de los más desarrollados estuarios, al igual que uno de los más largos sistemas de dunas. El resultado: abundantes hábitats para todo tipo de criaturas. Éste es un lugar en el que usted posiblemente mantendrá pegados los binoculares a su cara. Más de 90 especies de aves vive, anida o realiza paradas migratorias anuales en Ten Mile Beach o en sus alrededores. Las ballenas echan chorros de agua en su camino por el Pacífico, las focas se tiran a descansar a lo largo de la costa rocosa y las nutrias de río hacen del estuario su hogar.
Afortunadamente para nosotros, Homos sapiens, es un lugar muy fácil de visitar. Hay bastante lugar de estacionamiento en Ten Mile Estuary (extraordinario para observar la vida silvestre con los niños). Desde aquí, es un recorrido a pie corto hasta la boca del estuario. Cerca del parque estatal de MacKerricher hay senderos, una ensenada idílica y una zona de acampar, y puede montar a caballo a lo largo de la playa. (Revise los paseos a caballo que ofrece el cercano Ricochet Ridge Ranch.) El pacífico antiguo pueblo de explotación forestal de Fort Bragg está sólo a 4.8 kilómetros al sur. En su camino a Fort Bragg, pare en Glass Beach; los pedazos pulidos de vidrio marino forman un sueño chispeante para alguien con alma de niño (sólo mire; no se permite recolectarlos).